Partido amañado para asegurar la permanencia
El 22 de mayo de 1988, el CD Logroñés visitó al Espanyol en Sarriá en la última jornada de la Liga. A ambos equipos les bastaba el empate para evitar la promoción y asegurar la permanencia en Primera División. El encuentro acabó 0-0 y, casi siete años después, el 5 de abril de 1995, un exdirigente blanquiazul desveló que habían amañado el resultado. “Nos hicimos una promesa: ‘al que tire a gol le matamos’”, confirmó Gelucho.
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